domingo, 1 de agosto de 2010

Domingo 1 Agosto: San Francisco

Empezamos el día como buenos americanos visitantes y nos vamos a misa. Si si, a misa. Cerca de nuestro hotel hay una iglesia metodista donde cada domingo se celebran misas gospel. Es la iglesia de Glyde y congrega a mucho público entre creyentes y curiosos.

La celebración consiste en canciones cantadas por un coro gospel, intercaladas por sermones de los miembros de la iglesia. Son charlas orientadas a la labor social que hacen en esta iglesia, ayudas a los sin techo, a los más desfavorecidos, apoyo al movimiento homosexual... Es algo parecido a una catequesis, algo mucho más light que una misa católica, y más entretenido. Nos invitan a todos a cantar e incluso bailar Ladya Gaga!! Todo va acompañado de proyecciones con las letras de las canciones, con fotos de los necesitados.. Y arriba en el palco, hay un personaje, igualito a Pablo Sebastian pero con una camiseta hippie psicodélica y un abanico en la mano, que se encarga de hacer de animador.

Una forma diferente de empezar el domingo, desde luego.

Salimos de misa y nos vamos a desayunar al Café Mason. Buscamos un desayuno normal, pero aquí lo normal es un tazon de café aguado con tortitas, mantequilla, sirope, huevos, bacon, salchichas, fruta, etc..

Después del desayuno compramos el Munipass de 3 días por 20$ que nos sirve para usar los tranvías, metro y autobuses (todo menos el BART). En teoría debe rascarse la fecha en la que comienza a usarse el pase, pero excepto en una estación de metro, en el resto no nos hizo falta enseñarlo, por lo que podríamos haberlo usado durante más tiempo.

Justo al lado del puesto del Muni Pass, en la esquina de Powell con Market, está el tranvía (o cable car) de Powell-Hyde donde tiene la cabecera. Se forman grandes colas para cogerlo, pero merece la pena al menos ver el mecanismo que utilizan para dar la vuelta al tranvía. Totalmente artesanal y manual. La espera se hace entretenida porque siempre hay algún artista callejero que aprovechando el tumulto, entretiene con bailes o música.

A pesar de tener el MuniPass, decidimos ir a Chinatown andando, ya que está muy cerca de Powell y no hay muchas cuestas si vas por Pine. Te darás cuenta de haber llegado a la zona, porque los carteles con los nombres de las calles tienen doble cartel, con el nombre en chino. Aparece la puerta con los leones en forma de pagoda, y de ahí un reguero enorme de tiendas de todo a 100. Son baratijas de baja calidad a bajo precio. Se puede recurrir para comprar souvenirs de urgencia. El resto se puede olvidar, incluidas las ofertas en cámaras de fotos. No dan ninguna seguridad sobre lo que ofrecen, y el precio tampoco es ninguna ganga. Con la sospecha de que sean imitaciones chinas.

El barrio está totalmente tomado por ellos. Los restaurantes, las tiendas, peluquerías, hasta templos... Toooodo es chino, y para los chinos. No se puede decir que sea como China, porque los edificios son los típicos de San Francisco, aunque hay calles que desprenden el mismo olor que pudimos percibir en los Hutongs de Beijing. Damos unas vueltas por la zona y encontramos, de casualidad, la que dicen es la fábrica original de las galletitas de la suerte chinas. Es un cuchitril donde están trabajando más de 10 chinas doblando galletas. Como estos chinos, no pierden negocio, cobran por hacer fotos.

Por lo visto este barrio ha sido escenario de películas como Karate Kid o Indiana Jones. Y según las guías es la primera comunidad china más grande, fuera de China.

Hay un parquecito donde los más ancianos se reunen a jugar al Mayong o a las cartas. Ya sabéis la aficción que tienen los asiáticos por el juego... Es curioso observar cómo los hombres están en una zona, y las mujeres en otra. De fondo, un festival de canción china.. por unos momentos nos parece estar de nuevo en Asia. Grato recuerdo..

Saliendo de Chinatown hacia la bahía, nos encontramos con el Financial District. Hoy es domingo y está totalmente desierto. Sólo quedan los altos rascacielos que perfilan el skyline de San Francisco.

Continuamos caminando y vamos a dar a la estación de ferrys. Desde aquí salen los cruceros a Alcatraz. En la plaza hay un mercadillo de artesanía, y dentro una especie de mercado con tiendas gourmet. Desde la parte de atrás hay buenas vistas del puente que cruza a Oakland.

Se va acercando la hora del partido de los Gigants porque empezamos a ver oleadas de gente con la indumentaria de los de San Francisco. Buscamos un tranvía que nos lleve al campo AT&T Park.
Me recuerda un poco a las procesiones de aficionados del Atleti por el paseo de la ermita del Santo camino del campo. El recuerdo se quedará en eso, porque dentro del campo, afición, afición... yo no la llamaría.

El encuentro es un partidazo. Gigants vs. Dodgers. San Francisco contra Los Ángeles. Vamos, como un R.Madrid - Barça, pero en baseball. Nada más entrar nos regalan unas bolsas de cromos de jugadores. Por lo visto, cada partido tiene una promoción.. perritos a 1$, bebidas a mitad de precio.. y cromos. Y a nosotros nos tienen que tocar los cromos... en fin...Nos los llevaremos de recuerdo. Quién sabe si igual algún día valen un pastón por el eBay ;)

En los momentos previos al partido, mientras las mascotas animan desde el campo, y los niños salen a batear, la gente abarrota los puestos de perritos, patatas y bebidas gigantescas para abastecerse para el partido.

Empieza el asunto... todos de pie, que un señor va a cantar el himno. Comienza el partido. Nos cuesta un rato llegar a entender el mecanismo del juego, pero al final es algo sencillo. Lanza, lanza y lanza.. bateador eliminado... otro bateador... lanza, lanza, lanza... bateador eliminado. Cambio de turno... más de lo mismo.. ah, no, espera, que le ha dado!... Se ponen a correr pero no llegan a tiempo a la base... Y así casi 3 horas de partido. Al final ganan los Gigants 2 a 0. La "aficción" ante tal intensidad de juego y emoción deportiva... se dedica a comer y beber, comer y beber. Da igual que sean perritos con nachos, con patatas de ajo, seguidos de un algodón de azúcar o un churro, o un chocolate caliente... El caso es entretenerse con algo. Igual ese el motivo de que nadie anime, ni cante, ni aplauda... como tienen la boca y las manos ocupadas con la comida... Sólo cuando en los videos-marcadores se anuncian las proclamas anti-Dodgers, es cuando les da por gritar un poco a ritmo de "Beat L.A, Beat L.A"

Terminado el partido todos se van muy contentos. Nosotros un poco cansados, con frio, y con hambre, así que nos cogemos un tranvía que nos deja cerca de Chinatown. Cenamos en el Floating Sushi Boat. Un poco de paripé lo de los barcos, porque al final hay que pedir el sushi de la carta, pero le da un toque al restaurante. Recupero un poco de calor con una sopa de noodles.

Por hoy ya hemos tenido bastante.. a la cama!

No hay comentarios:

Publicar un comentario