sábado, 7 de agosto de 2010

Sábado 7 Agosto: Death Valley

8:30 am. Nos quedan muchas horas de viaje por delante. El paisaje cada vez es más árido, se dejan de ver gasolineras, hoteles, restaurantes... y es que nos adentramos en el desierto! Sin nada destacable aparte de las interminables rectas, los super-trucks y los trenes de infinitos vagones que se cruzan en el camino, llegamos a Death Valley.

Un paisaje estremecedor se abre de repente ante nosotros. Un valle encajado entre montañas con kilómetros de extensión, sin una sola sombra, rastro de agua o cualquier otro tipo de vida vegetal o animal.

Da miedo pensar en tener que atravesar este paraje sin coche, o peor aún, quedarse tirado con él!! :S Aquí dentro no hay ni cobertura en el móvil.

Y justo cuando estoy pensando esto, el coche empieza a calentarse... mal rollo.. y no tenemos asistencia en carretera... y es que es normal que el coche lleno hasta las trancas, con el aire acondicionado a tope y 114º Farenheit ahí fuera....

Paramos a comer en uno de los centros de visitantes de Stovepipe Wells Village. Sólo hay una pequeña tienda, un restaurante cerrado, un motel que también parece cerrado y un pedregal a pleno sol donde está el camping. Este no tiene colgado el cartel de FULL, jejejjeje y es que a nadie en su sano juicio se le ocurriría acampar aquí. Aún así hay una tienda montada, no sabemos si tendrá dueño o se marchó escopetado de aquí en cuanto pudo.

Compramos algo para comer en la tienda. Casi no se puede aguantar el calor a la sombra. Ni los helados de postre resisten el calor y se derriten al momento.

Visitamos las dunas de arena, el Devil's Golf Course con las piedras de sal que quedaron después de la evaporación del lago que hubo en este lugar, el Artist View y el BadWater, el punto más famoso del parque por estar bajo el nivel del mar. Sin embargo, para mi, el lugar más bonito es Dante's View, para ver el atardecer. Impresionante!!

Cenamos unas pizzas en el bar del Furnace Creek Rancho. Nos cuesta entendernos con el camarero. Esta gente tiene un acento bastante cerrado. A medida que nos adentramos en el país, se aprecia el cambio en la forma de hablar. Y ni hablar de que por aquí ya no se habla en Español.

Como ya se echa la noche encima, vamos en busca del camping, en Furnace Creek . De noche la entrada casi no se ve, y en el camping no hay luces. Es un pedregal, pero no hay más sitios donde dormir por aquí, quitando el resort de Furnace Creek Rancho (tiene hasta campo de golf, en mitad de este desierto). Como es habitual, al llegar al camping a estas horas, no hay nadie en recepción y entramos de incógnito. Poca gente está acampada aquí, y es que pocos son los locos que se atreven a plantar la tienda en un patatal a 90 y tantos grados Farenheit por la noche, pero sólo por la vista de las estrellas desde este paraje en medio de la nada y sin ninguna luz alrededor, merece la pena el calor y la incomodidad. Bellísimo.

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