miércoles, 4 de agosto de 2010

Miércoles 4 Agosto: San Francisco - Yosemite

Nos despedimos de San Francisco por el momento, para partir rumbo a Yosemite.

Hacemos el check out del hotel, desayunamos en el Starbucks justo al lado y vamos a recoger el coche a la oficina de Dollar que está dos calles más abajo. Al final casi 2 horas para conseguir el coche, y la sorpresa de que nuestra reserva a través de eDreams, no incluía la asistencia en carretera. Crucemos los dedos para que no nos pase nada a lo largo del camino, porque nos va a salir la gracia por un pico...

Son las 12:30 y salimos por el puente que cruza hasta Oakland con nuestro flamante coche/todoterreno/furgoneta. No sé muy bien cómo definirlo, pero se parece al "Cañonero" que salía en los Simpsons. Un GMC Acadia, enoooorme, con 8 plazas y automático. Aquí todo el mundo lleva coches tan grandes como este, llama la atención que no se ven los utilitarios. Sólo deportivos (Mustang, Corvette, Porsche o Nissan 350Z), parece que los regalan con las tapas de los yogures, o si no, gigantes como el nuestro.

Llevamos ya un buen rato de atasco para salir de la ciudad. Nuestro primer objetivo es buscar un supermercado para comprar una nevera, una barbacoa, comida y bebida. Encontramos un Wal-Mart. No es como esperábamos, no tiene grandes pasillos llenos de comida o bebidas, de hecho la única comida que tiene es congelada (pollo, hamburguesas o salchichas) y tenemos que comprar una bolsa con 20 hamburguesas congeladas... A ver cómo resulta esto a la hora de cocinarlo. También encontramos los típicos Mashmellows o malvaviscos, para hacer en la hoguera.

Ya con nuestra nevera llena de hielos y provisiones, comemos un sandwich rápido en el parking y seguimos camino...Llegamos a Big Oak a las 18:30. Compramos el pase anual de los Parques Nacionales, ya que al querer visitar cuatro o cinco, merece la pena la inversión. Es nominativo, y al presentarlo te solicitan también algún documento de identidad donde comprobar que las firmas coinciden. Un método de seguridad como cualquier otro para evitar que se revenda o se reutilice por otras personas a lo largo del año. En todas las entradas a los parques, te dan un mapa del mismo y un periódico con la información más importante, noticias del parque, actividades, horarios, servicios, etc... La verdad es que la atención al visitante está muy cuidada. La única pega es que a estas horas ya no hay ningún puesto de rangers abierto, por lo que no podemos preguntar por el lugar de acampada.

Encontramos a un agente de seguridad, que muy amablemente nos guía con su coche hasta el campamento de backpackers (mochileros). Está situado al final del camping de North Pines, y de hecho hay que atravesar este para llegar a la entrada del campamento. Es una zona limítrofe con el bosque, con baños y armarios antiosos. Buscamos un sitio y a oscuras nos toca montar las tiendas. Cada parcela tiene una barbacoa donde se debe hacer el fuego. Grego prepara las brasas para la cena. El famoso paquete de hamburguesas congeladas se ha descongelado en parte, lo que ha hecho que todas las hamburguesas se compacten en un bloque y los bordes se queden desechos. Menudo mejunge... Al final terminamos comiendo trozos de carne picada a la brasa con ketchup.

Mientras, en las tiendas de al lado, unos americanos un tanto borrachos, no dejan de hacer ruido y tocar la harmónica. Al oirnos hablar alto se nos acercan. Es cuestión de tiempo que venga alguien a quejarse del ruido, porque desde que han llegado, no paran de reirse en alto, tocar a duo con Juan Antonio la harmónica.. y en efecto, alguien viene. El estado de embriaguez les evita el bochorno del toque de atención, por lo que ellos siguen... Intentan hablar en español, intentan enseñarnos palabras en inglés... En medio del jaleo, aparecen otros dos tios, en este caso unos fumetas... lo que faltaba. Lo curioso es que uno de ellos ha estado estudiando en la Complutense 2 años y habla bastante bien español. Son más silenciosos que los "colgaos". Yo, ante semejante panorama, y antes de recibir el segundo aviso de los campistas, me retiro a la tienda.

Al final parece que no hay afinidad entre los borrachos y los fumaos y se van todos a la cama.

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